Dietas, Nutrición interna
¿SABES DISTINGUIR LAS GRASAS BUENAS DE LAS MALAS?
Las grasas son una fuente de energía a largo plazo y nos ayudan a absorber algunas vitaminas (A, D, E y K) y minerales, y algunas también nos ayudan a mantener sano corazón. Cuando hablamos de grasas, mucha gente piensa automáticamente que se trata de un alimento nocivo para nuestro organismo. Sin embargo, hay grasas que son un aliado de nuestra alimentación y son necesarias para estar sanos.
¿Sabes distinguir las grasas buenas de las malas? Es fundamental aprender a identificar las grasas buenas de las malas par limitar el consumo de estas últimas.
Tipos de grasas
Grasas malas o saturadas
Las grasas malas son las grasas saturadas y las trans o hidrogenadas. Provocan niveles altos de colesterol en nuestro organismo. Se acumulan en las arterias produciendo placas de ateroesclerosis en las del corazón. Aumentan la presión arterial, el riesgo padecer hígado graso y problemas cardíacos. Puede provocar coágulos, formar trombos y aumentan el riesgo de sufrir cardiopatías, accidentes cerebrovasculares e infartos.
Por lo general, este tipo de grasas son de origen animal, como por ejemplo la mantequilla, las carnes y embutidos, los quesos grasos y la leche entera.
Las grasas trans son las más perjudiciales para nuestro organismo, ya que no solo incrementan el nivel de colesterol malo sino que reducen el bueno. Este tipo de grasas son saturadas modificadas químicamente en la fabricación de algunos alimentos. Se utilizan en la industria alimentaria por sus propiedades técnicas. Son densas, lo que las hace más fáciles de manipular en la fabricación de alimentos. También se conservan mejor y ayudan a elaborar alimentos que no caduquen rápidamente. Ejemplos alimentos ricos en este tipo de grasas pueden ser las galletas, las patatas fritas las frituras, la bollería industrial, los aperitivos envasados y la comida rápida. Están asociadas a múltiples problemas de salud como la diabetes, enfermedades coronarias e infartos.
Grasas buenas o insuturadas
Las grasas buenas o insaturadas disminuyen los niveles de colesterol en sangre, lo que ayuda a proteger de las enfermedades coronarias. Además, ayudan a la coordinación motora y reducen el riesgo de padecer cáncer. El consumo de grasas buenas debería suponer la tercera parte del consumo diario de grasas.
Existen dos tipos de grasas buenas: las poliinsaturadas y las monoinsaturadas.
Las grasas poliinsaturadas se encuentran en los ácidos grasos Omega-3 (salmón, sardinas, nueces) u Omega-6 (soja, aceite de girasol).
Las monoinsaturadas se encuentran en el aceite de oliva y algunos frutos secos.
Es importante saber seleccionar las grasas insaturadas y dejar de lado las saturadas. Así el cuerpo conseguirá el aporte suficiente para funcionar correctamente.
Según la OMS, para llevar una dieta sana y evitar el exceso de peso, la ingesta de grasas saturadas debería representar menos del 10% de la ingesta calórica total, y la ingesta de grasas trans, menos del 1%.
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